I. In laude tibi fecit
Señora, al contemplar vuestras pinturas
llenas de un arte noble y eminente,
donde sonríen todas las figuras
con una poesía transparente,
me acuerdo del antiguo monasterio,
donde, cual vos, otra mujer sensible,
sentada en el florido cementerio.
escribió un libro dulce y apacible.
Vos como ella tenéis el sentimiento
y la visión profunda de las cosas,
y en el conventual recogimiento
buscáis las formas bellas y armoniosas.
Así una estela de apacible ensueño
en vuestra vida de fecundo brote,
mujer que acariciáis a Clavileño,
la divina mentira del Quijote
y amáis el Arte con viril aliento
y buscáis el enigma de lo hermoso,
y tenéis en el alma el sufrimiento
y una fiebre de ver en vuestros ojos.
Mallorca la florida, la dorada,
la de la mar profunda y esplendente;
la que debéis sentir, maravillada,
triunfar en vuestra vida dulcemente.
Mallorca la dorada os ha elegido,
os ha dado el perfume de su calma
y en una comunión de amor ha unido
su alma de alegría y vuestra alma.
II. Los cuadros
5.- Junto al paraván
Una armonía rosa y delicada
en tu cuerpo divino se desflora,
y triunfa una lumbre tentadora
en el dulce vagar de tu mirada.
En tu gesto de eterna fatigada
tienes un madrigal sobre tu boca,
y una rebelde y ambarina toca
finge tu cabellera despeinada.
¿Quién no soñó en tu dulce gentileza,
mujer, flor o perfume de belleza,
princesa de balada muy brumosa?
¿Qué poeta no amó tu cuerpo rosa
entre los lotos y las garzas graves
y la opulencia de los pavos reales?
12.- Mis hijos.-Retrato
Ellos son la nidada, la alegría,
Ellos son la carne de la Poesía.
Su jolgorio de inquietos gorriones
alboroza de amor los corazones.
La artista los contempla y piensa alborozada.
De vosotros haré una obra más preciada.
Y de ese familiar y delicado tema
ha pintado la artista su más bello poema.
Cómo no, si a su hermoso talento se han unido
los profundos afectos que perfuman el nido!
Cómo no, si sus sueños, siempre en la gloria fijos
han tenido por fondo los ojos de los hijos!
4.-Interior moderno
El reloj de Sajonia palpita quedamente,
la atmósfera del cuarto es desolada y fría.
Tú eres triste mujer y tú eres poesía
mirando tras los vidrios como pasa la gente
de esa ciudad que miras espiritualmente.
¿Qué ves en la nevada, brumosa lejanía.
qué ves, nuestra señora de la Melancolía.
con los brazos caídos y pálida la frente?
¿ves tras la fría y útil lámina de los vidrios
cómo finge la nieve una lluvia de lirios
y sientes la nostalgia de tu extraño país?
¿Qué tienes, mujercita, de triste y de nevado,
qué es lo que lejos, lejos tu espíritu ha dejado
bajo el cielo brillante y alegre de París?
Envío
El poeta que ha visto vuestra alma
en esos cuadros bellos y serenos,
ha limado por vos pacientemente
el ánfora impoluta de unos versos.
Y al reflejar en ellos su entusiasmo,
como modesta ofrenda os la presenta.
La copa es pobre, sin dorado vino,
de perfume de paz solo está llena.
Si os agrada, señora, el agua limpia,
la admiración que en ella se os presenta,
tomad la copa del modesto vate.
Bebed en ella.
Mario Verdaguer