CATY JUAN DE CORRAL "El hombre en la pintura de Pilar Montaner" (1986)



[...] Situémonos en 1906, cuando Don Juan Sureda escucha con atención el consejo del pintor Sorolla, que le recomienda: “Hágase niñera de sus hijos y que su mujer pinte”. Palabras que significaron el aprobado al retrato exigido por el maestro, con el fin de diagnosticar si la fiebre pictórica de Pilar Montaner era pasajera o crónica.

Joaquín Sorolla, Pilar Montaner, Clotilde García del Castillo, Juan Sureda y otros excursionistas, Cala Sant Vicenç 1919

La obra pintada por la futura discípula, descubrió a Sorolla el temperamento y valía vocacional de Pilar Montaner. Mujer joven, ¡y madre ya de tres hijos! Mujer de mirada profunda y firme.
La fuerza de sus ojos chocaba con el cuerpo, delicado y que nunca podría haber servido de modelo a Rubens o a Pablo Picasso.

[...] Pilar Montaner dibuja y pinta con pasión, exigiéndose a sí misma. Conquistada por la luz e imponiéndose su poder creacional. Los compañeros de taller le preguntaban asombrados que cómo se atreve a pintar como el maestro no quiere. A lo que ella contesta escuetamente:

“Porque así lo veo yo". La tela trabajada era muestra patente de su personalísimo quehacer.



[...] Este último [estudio de Valldemosa] era fantástico, según expresión textual de Emilia Sureda. La escalera que conducía a él, tenía nombre de Virgen y de carabela. Se llamaba Santa María. Para llegar al estudio, había que ganar un puente que cruzaba por sobre la escalera, comunicando con el ala derecha e izquierda del piso superior. Ya en el estudio, la vista quedaba prendida en la pared frontal, donde los cuadros de desnudos de diferentes épocas se imponían por su gran belleza. Había una mesa descomunal, repleta de apuntes y bocetos que hoy se catalogarían como obras terminadas en espera de firma. Notas frescas, limpias de color y trazo seguro. Espontáneas y con un dominio del dibujo sorprendente.


El caballete, en el centro de la estancia, y a unos pasos, la paleta ¡enorme! que a veces ofrecía una visión de color, abstracta y bellísima.

Pilar Montaner ¡ya es pintora! y su marido contempla obra y mujer con entusiasmo y pasión.


                                                                                   Caty Juan de Corral